Al mover las rocas hemos encontrado una escolopendra bastante grande, se trata del clásico ciémpies, se ocultan durante el día bajos rocas y troncos y por la noche salen a buscar a sus víctimas, otros artrópodos, lombrices, y hasta pequeños mamíferos o anfíbios.
Su mordedura es dolorosa, hay que tener mucho cuidado al manipularla.
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