Realmente, sólo se necesita un compostador, o bien un rincón alejado de la vivienda y de los vecinos, donde almacenar los desechos; no tiene por qué ser excesivamente grande, con un metro cuadrado de terreno es suficiente. Un aireador también vendrá bien para remover de vez en cuando la mezcla; tampoco está de más disponer de una biotrituradora para trocear los residuos más grandes y duros. Finalmente una criba permitirá conseguir un compost más fino y separar los materiales más gruesos como las ramas o las piñas.
Paso a paso
1. Hazte con un compostador: aunque puedas fabricar compost en una pila, como siempre se ha hecho, si usas un compostador podrás disponer de él mucho antes. Generalmente de plástico reciclable, no son más que contenedores (de 300 a 2000 litros de capacidad) para almacenar los desechos que se quieren convertir en humus. En ellos el compost está resguardado de las inclemencias del tiempo, no se reseca ni se humedece en exceso, y no exige ninguna atención especial.
2. Coloca el compostador en un lugar llano y en semisombra: la ubicación es clave para el correcto funcionamiento del compostador. Debe estar en un sitio llano, protegido del viento, y siempre en contacto directo con la tierra para que los microorganismos alcancen los residuos depositados en el interior y para que drene el agua sobrante. No debe recibir demasiado sol para evitar tener que regarlo a menudo.
3. Introduce los restos de poda, césped...Para conseguir un compost equilibrado y de calidad tienes que utilizar tanto restos húmedos (césped recién cortado, hojas verdes, plantas del huerto o del jardín, residuos de la cocina), como secos (hojas secas, serrín de madera natural, ramas de árboles trituradas, piñas). Lo mejor es incorporar 3 partes de restos húmedos por cada una de secos. Y recuerda que el proceso será más rápido si todos estos restos están troceados en pequeños fragmentos.
4. Mezcla todos los materiales: para que el compost se haga lo antes posible hay que mezclar todos los materiales que se van depositando. Colócalos en capas, alternando los residuos verdes y los secos, y con ayuda de un palo ve revolviéndolos. Esto no quiere decir que tengas que removerlo a diario, pero cada vez que añadas cantidades importantes de un mismo material. Si no, bastará con que lo hagas una vez a la semana. Deberás humedecerlo con moderación si la zona en la que vives es seca. Existen productos aceleradores naturales, especialmente útiles en invierno cuando las temperaturas son bajas.
5. En 4 ó 6 meses podrás utilizarlos. Según el tipo de materiales utilizados, el compost tardará más o menos tiempo en madurar. Hay restos que se deshacen en unos días; en cambio otros tardan meses. Para saber si el compost está maduro coge un puñado con las manos y comprueba que desprende un agradable olor a fertilidad y su color es negro o marrón oscuro y apenas mancha. Si estuviese excesivamente húmedo añade restos secos y déjalo unos días más.
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